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¿Incluyen a los animales en sus programas para las elecciones europeas los partidos políticos generalistas?
Los derechos animales ganan espacio en el debate político. Desgranamos las propuestas que los principales partidos presentan para las Europeas 2014.
¿Incluyen a los animales en sus programas para las elecciones europeas los partidos políticos generalistas?
Los derechos animales ganan espacio en el debate político. Desgranamos las propuestas que los principales partidos presentan para las Europeas 2014.
Los animales no son “mercancía” ni “productos”. Su
vida no puede ser valorada solo en función de lo que reportan a los
humanos en forma de beneficio económico o capricho satisfecho. Sus
derechos no son unos u otros dependiendo del uso que les demos (“de
compañía”, “de granja”, “de laboratorio”). Por eso, pese a reconocer y
celebrar los avances que en los últimos años ha experimentado la defensa
de esos derechos, esos pasos adelante son la unidad con la que medir el
largo trecho que aún queda por recorrer.
Los
programas con los que los partidos concurren a las elecciones al
Parlamento Europeo del próximo día 25 son una buena muestra de cómo los
animales son vistos aún por nuestros políticos, igual que por buena
parte de la sociedad: como seres a nuestro servicio, cuyos derechos, en
caso de ser reconocidos, están supeditados a nuestros intereses.
No todos los programas son iguales, como no todos los partidos
defienden lo mismo. En el espectro electoral conviven desde el Partido
Animalista (Pacma), cuyo ideario incorpora por igual los derechos de humanos y animales,
hasta quienes quieren recuperar la tortura de los toros como
espectáculo en Cataluña o legalizar la caza de aves con pegamento en la
Comunidad Valenciana. Y, en medio, muchas formaciones partidarias de
reforzar la defensa de algunos animales, los “domésticos”, los
“salvajes” o “exóticos”, mientras otros siguen siendo “ganado” o
“recursos pesqueros”, a los que, en todo caso, hay que preservar por el
bien de nuestro propio sustento.
EQUO
En estas elecciones, Equo apuesta por un New Deal Verde, una
“transición ecológica” de la economía, a la que dedica bastante espacio
en su programa. Es necesario, dice, ver “más allá de la realidad humana
de aquí y de ahora”, y proteger los hábitats, la flora, la fauna, las
aguas y los suelos, haciendo compatible “unos ecosistemas estables con
una actividad humana sostenible y responsable”.
Defiende la adhesión de España al Convenio Europeo para la Protección de Animales de Compañía;
hacer obligatorio el microchip y el registro con criterios de sanidad; e
implantar un sistema de licencias para las empresas de cría y
transporte, de forma que se pueda asegurar “su bienestar y
trazabilidad”.
También aboga por una formación
específica para que los cuerpos policiales combatan los delitos contra
animales, y reclama que la “cultura” o la “tradición” no puedan
esgrimirse como excepción al cumplimiento de las normas sobre bienestar
animal. En consecuencia, el toro de lidia sería considerado “un animal más” y la tauromaquia y otros espectáculos similares serían abiertamente “indignos de la civilización europea del siglo XXI”.
En esa línea, Equo cree que los criterios de bienestar animal deben
extenderse a los parques zoológicos y a todos los espectáculos en los
que intervengan animales, con el objetivo de eliminar la presencia de
los considerados salvajes o en peligro de extinción, y de forma
progresiva, y en último término, del resto.
Pretende
también reducir la presencia de animales “exóticos” dentro de los
considerados “de compañía” y poner fin a la importación de los que son
capturados en libertad.
“Hemos de conseguir avances en las condiciones de bienestar y protección de animales de granja y piscifactoría, dejando atrás el modelo industrial. Se deben garantizar condiciones dignas en el transporte de animales vivos y en su sacrificio”, dice su programa.
Ese concepto de “bienestar” animal, pese a sonar a bálsamo comparado
con las atrocidades que muchos animales padecen en el proceso industrial
de convertirlos en alimento, resulta insuficiente frente al objetivo de
erradicar, completamente y en todos los ámbitos, la explotación animal.
Equo defiende reducir por ley el tiempo de transporte de animales vivos
y establecer “estándares de bienestar animal”, como la obligatoriedad
de “periodos secos” para el ganado vacuno, la “densidad adecuada” para
cada especie de peces en piscifactoría, o el aturdimiento previo al
sacrificio, sin excepción posible en casos de ritual religioso.
En cuanto a la pesca,
cree necesario garantizar un modelo “sostenible” que garantice la
gestión de los “recursos pesqueros desde una perspectiva socialmente
justa (…) Con el fin de garantizar la continuidad de las pesquerías,
el mantenimiento del sector y los puestos de trabajo que conlleva, y el
suministro de pescado a la población, la UE debe velar por que los
recursos pesqueros sean utilizados según criterios ambientales y
sociales, de forma que tanto en Europa como en el mundo se termine por
implantar un modelo de pesca sostenible, acabando con la
sobreexplotación de todos los caladeros”.
Equo recuerda que hay métodos alternativos a la experimentación con animales
que deben ser “investigados y validados con apoyo público” para reducir
y, finalmente, poner fin al uso de animales en laboratorios.
Propone también que el Parlamento Europeo encabece las presiones para
impedir la caza de ballenas y aprobar un marco legislativo de protección a los mamíferos marinos y grandes simios.
Cree que deben reconocerse derechos básicos, como la vida, la libertad,
la protección contra la tortura... a chimpancés, gorilas, orangutanes, y
a los cetáceos, “fundamentalmente delfines y orcas”, y esgrime para esa
distinción “su probada inteligencia”.
Con todo
ello, el programa de Equo es, de los partidos generalistas, el más
avanzado en cuanto a defensa de los derechos de los animales.
Por detrás se queda, sin embargo, Compromís,
partido aliado en estas elecciones, entre cuyos dirigentes hay
sensibilidades dispares respecto de los animales. Prueba de ello es la
defensa dentro de Compromís de lo que algunos consideran una “costumbre
tradicional, seña de identidad” de los valencianos: la caza de aves con pegamento. Lo mismo ocurre en CHA, la otra fuerza con la que integran la candidatura Primavera Europea para concurrir conjuntamente a estas elecciones. En esta formación aragonesa algunos, como Chesús Yuste, coordinador de la Asociación Parlamentaria de Defensa de los Animales (Apdda), van muy por delante de la mayoría de sus correligionarios en la defensa de los animales.
Podemos
El programa de Podemos,
redactado de forma colaborativa entre sus círculos, incluye un apartado
específico sobre “protección animal” porque la considera “una nueva
exigencia social”. Propone directivas europeas y leyes estatales para
penalizar el maltrato y el abandono y para erradicar “cualquier uso de
fondos públicos para actividades nocivas contra los animales”.
Habla expresamente de “ prohibición de la tauromaquia y del tráfico de especies exóticas o en peligro de extinción” y de “ regular la caza mayor y de especies protegidas”.
Aboga también por la “promoción” de las protectoras como garantes de
que las administraciones cumplen su trabajo de “amparo y protección de
los derechos animales”.
Podemos apuesta por “regular
con criterios medioambientales” las explotaciones pesqueras, protegiendo
los ecosistemas marinos y prohibiendo “malas prácticas como la pesca de
arrastre”, y propone que el dinero recaudado de multas por daño al
medioambiente se destine, al menos en un 80%, a su protección.
Izquierda Unida
Izquierda Unida quiere una Directiva europea de “ protección y bienestar animal”,
con agravamiento de penas por tráfico ilegal y maltrato, y protección
de fauna silvestre y de especies en peligro de extinción.
Propone crear la figura del “ Defensor/a de los animales”
y derogar la legislación sobre animales potencialmente peligrosos, ante
la “desinformación y manipulación” generada por ataques “ocasionales”
de perros. Con educación y cuidados, dice la coalición, “los perros no
actúan de manera agresiva con los seres humanos”. Propone, en esa línea,
un plan de educación y sensibilización desde Primaria a la Universidad basado en el respeto a los animales.
“ Los animales no deben ser víctimas de maltrato o violencia”,
y por eso apuesta por prohibir los circos con animales e impulsar los
circos alternativos, y por que zoológicos, acuarios y delfinarios se
conviertan en refugios a los que solo lleguen ejemplares recuperados o
que nazcan en cautividad, devolviendo a su hábitat a los que puedan ser
liberados.
La formación se opone a subvencionar la
cría de animales para la industria peletera, y al uso de “recursos
públicos y subvenciones a actividades lúdicas, espectáculos, festejos,
pruebas deportivas o recreativas y concursos incompatibles con el
bienestar animal”, sin concretar a qué actividades y “fiestas” concretas
se refiere.
Apuesta además por suprimir los sacrificios de animales sanos o con enfermedades curables, y por fomentar las campañas de esterilización, adopción y concienciación,
así como el acceso de animales de compañía a transportes y espacios
públicos, y por erradicar la tenencia de animales exóticos en
condiciones distintas a su hábitat.
Propone sustituir la experimentación y la vivisección de animales por alternativas científicas éticas
existentes, porque se opone a toda experimentación “que no tenga como
justificación clara la mejora de la salud de la población humana, la
mejora de la producción con criterios ecológicos o de bienestar animal, o
la preservación del medio ambiente”.
En cuanto a las
actividades “agroganaderas y de pesca”, propone directivas para paliar
la sobreexplotación de recursos, fomentar usos y técnicas respetuosas, y
eliminar toda subvención a actividades no sostenibles. Propone, por
ejemplo, “proteger y promover la pesca artesanal, ya que genera más
puestos de trabajo por tonelada de pesca capturada, consume menos
energía por unidad de pesca, es más selectiva de forma general, abastece
de una mayor diversidad de especies pesqueras y sus actores están más
concienciados en la necesidad de preservar los recursos pesqueros, pues
su actividad depende de manera directa de la salud de los caladeros”.
“Así”, prosigue su argumentación, “garantizaremos un nivel de vida
razonable a las gentes del mar, asegurando empleo de calidad, rentas
dignas y niveles adecuados de protección social”. La protección del medio marino “debe ser una prioridad para alcanzar un aprovechamiento sostenible de los recursos.
Por ello, proponemos la protección del 20% de los ecosistemas marinos
frente a la actividad pesquera, creando en cooperación con los
representantes del sector, santuarios marinos y otras figuras de
conservación que sirvan para la reposición continua y la regeneración de
los caladeros”.
Reconoce la necesidad de reducir los
descartes pesqueros por el impacto ambiental, la ineficiencia
energética y el mal aprovechamiento de proteína animal que suponen.
PP
El Partido Popular
es claro y contundente en su programa, al afirmar que las personas
“deben ser siempre el centro de todas las políticas” y al no mencionar a
los animales salvo como parte del engranaje que alimenta sectores
económicos estratégicos. En virtud de ello, la agricultura, la ganadería
y la pescan son los tres pilares de un sector económico, el
agroalimentario, “fundamental para nuestro país, fuente de riqueza y
generador de empleo”.
Por eso se compromete con
políticas “que beneficien a nuestros agricultores, ganaderos y
pescadores con el fin de impulsar la competitividad de estos sectores” y
con propuestas medioambientales “realistas y sostenibles, que permitan
compatibilizar la protección de nuestro patrimonio natural con el
desarrollo socioeconómico, impulsando la lucha contra el cambio
climático y el uso eficiente de los recursos”.
El objetivo de todas esas políticas, dice el PP, es asegurar “nuestro porvenir”. Aunque no menciona términos como “tauromaquia” o “ parany”,
defiende “nuestro legado cultural y sus expresiones tradicionales
porque son la clave que nos permite interpretar la modernidad e
innovar”, y el cabeza de lista, Miguel Arias Cañete, ya ha dejado ver por dónde van sus intenciones.
A los agricultores y ganaderos les promete “un compromiso a la altura
de un mercado global”, y por ello una PAC que cumpla las exigencias en
seguridad alimentaria, medioambientales y de bienestar animal, e
innovaciones que permitan “mejoras de productividad y de rendimiento
económico de las explotaciones y de las industrias”.
La pesca debe seguir siendo “una actividad rentable y sostenible”
y para ello sugiere revisar las normas relativas a la malla y torzal de
las “artes de arrastre” para “asegurar su adecuación a la realidad de
la pesca”.
PSOE
El otro gran partido, el PSOE,
no precisa tanto pero tampoco se moja. Su programa va dirigido también
exclusivamente con el objetivo general de revertir las políticas
conservadoras en España y en Europa, centrado en recuperar prestaciones
sociales y derechos y libertades recortados durante los últimos años.
Pero los animales no están entre esas prioridades,
a juzgar por el manifiesto de los socialistas europeos y la declaración
política en la que los españoles han basado sus propuestas.
UPyD
UpyD
apuesta claramente por una política “conservacionista”, basada en la
conservación del patrimonio natural europeo y la protección de la
biodiversidad, la ordenación del territorio, las evaluaciones de impacto
medioambiental y la educación ambiental.
Considera
que la Política Pesquera Común debe fomentar la recuperación de
ecosistemas marinos y la gestión sostenible de los recursos “como
requisitos para garantizar el futuro de las poblaciones pesqueras”.
Propone paliar posibles efectos negativos al sector lácteo por la
finalización del sistema de cuotas, y prevenir el desperdicio
alimentario, pero ni palabra de los animales.
Partidos catalanes
Mención específica merece la situación en Catalunya, avanzadilla en la
defensa de los animales, donde ya se abolieron las corridas de toros,
aunque hay quien quiere recuperarlas, y se avanza hacia la prohibición de los circos con animales.
Aunque los programas electorales de los partidos catalanes están casi
monopolizados por el debate soberanista y los animales apenas tienen
cabida en las propuestas concretas, algunos candidatos son la muestra de
que la defensa de sus derechos cobra relevancia en la discusión
política. Josep María Terricabras, el cabeza de lista de ERC,
catedrático de Filosofía, compareció en el Parlament para defender la
abolición de las corridas de toros. La cátedra Ferrater Mora de
Pensamiento Contemporáneo, que fundó y dirige, es muestra de su
compromiso con la doctrina de quien sentó las bases de la ética de la
defensa de los animales en España.
También dio muestra de su activismo político el eurodiputado de ICV Raúl Romeva, cuya línea se ha comprometido a seguir el cabeza de cartel de la formación en estas elecciones, Ernest Urtasun.
Son avances, todos ellos, que nos señalan el camino por el que tenemos
que seguir avanzando. Porque respetar a los animales es incompatible con
muchas de nuestras costumbres y tradiciones, y porque su vida está por
encima de cualquier actividad, por muy rentable que sea. Esa evolución
es nuestro reto pendiente.
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