jueves, 30 de abril de 2015

Noticia para recordar el día de ir a votar en las elecciones...

PP, PSOE, CIU y UPyD votan en contra de realizar un referendum sobre el Tratado Libre Comercio EEUU-UE
España | Tercera Información | 07-05-2014

 

El pleno del Congreso de los Diputados discutió ayer una moción sobre el proyecto de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones que la Comisión Europea y Estados Unidos negocian en la actualidad de espaldas a la ciudadanía. La moción sirvió para comprobar la postura de los diferentes grupos parlamentarios sobre un tratado comercial que pretende eliminar o ajustar a la baja entre el 25 y 50 % de leyes, directivas y normas europeas. La Campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e inversiones” recuerda además que provocaría una mayor precarización y eliminación de empleo y graves impactos sociales y ambientales

En la moción presentada por el grupo parlamentario Izquierda Plural se insta a rechazar el tratado, conocido como TTIP por sus siglas en inglés. El apoyo declarado del Partido Popular al tratado hace imposible que se apruebe la moción. Pero no resulta tan predecible la posición que mantendrá esta tarde el grupo socialista. Hace un año el PSOE votó junto a los populares a favor del tratado en el marco de una proposición no de ley. Sin embargo, el candidato al Parlamento Europeo Juan Fernando López Aguilar apuntó recientemente a la suspensión de las negociaciones en un debate sobre política ambiental.
Los grupos parlamentarios de PP y PSOE, con el apoyo de UPyD, han sumado hoy sus votos en el Congreso de los Diputados para tumbar la iniciativa parlamentaria presentada por el grupo de IU, ICV-EUiA, CHA, y defendida por su portavoz, José Luis Centella, para que la Cámara Baja instara al Gobierno a “rechazar” el futuro tratado de comercio e inversiones que negocian en la actualidad la Unión Europea (UE) y los EE.UU y que, en todo caso, promoviera un “referéndum para su ratificación”.
En concreto, el texto de la moción consecuencia de interpelación de IU señala sobre este punto que el Ejecutivo debía considerar que “cualquier propuesta de acuerdo comercial entre la Unión Europea y los EE.UU debe ser sometido en todos los Estados miembros de la UE a referéndum antes de su ratificación”.
En relación con ello, IU/Izquierda Plural defendió ayer en sede parlamentaria una moción “sobre la posición del Gobierno español ante el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos llamado Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión”. Dicha moción, consecuencia de una interpelación parlamentaria, instaba a que se aprobase someter a referéndum el acuerdo cuando estuviese finalizado. Además, proponía la creación de un grupo de trabajo en el seno de la comisión de asuntos exteriores para que presentase un informe en el plazo de seis meses sobre las repercusiones legales, económicas y sociales del TTIP. Finalmente, rechazaba frontalmente el sistema de privatización de resolución de conflictos que pretende negociarse entre los inversores y los estados.
Esta resolución fue rechazada por el conjunto de los grupos, con lo que se corre el riesgo de que dicho acuerdo termine aplicándose sin intervención directa de la ciudadanía europea.
Los socialistas, dijo, apoyan la suspensión de las negociaciones "hasta que no se introduzcan las garantías relativas a la protección de datos" y también relativas a la "coherencia con los estándares sociales y la preservación del modelo social de la UE". Estas garantías no están en absoluto aseguradas en los documentos filtrados recientemente sobre las cinco rondas de conversaciones entre la Comisión Europea y Washington. Sin embargo, votaron en contra de la moción.
La moción insta a someter el tratado a referéndum en todos los Estados miembro de la UE, en caso de que prosigan las negociaciones. Resulta fundamental que la ciudadanía se informe y opine directamente sobre un acuerdo que afectará a su vida diaria, con más que probables privatizaciones y recortes en derechos laborales y normativas de protección ambiental. La Comisión lanzó recientemente una consulta online sobe el tratado, pero sus preguntas ambiguas y cargadas de tecnicismos no permiten entender el verdadero impacto.
El tercer punto de la moción propone constituir un grupo de trabajo en el seno de la Comisión de Asuntos Exteriores sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e inversiones para que en el plazo máximo de seis meses presente un informe que valore este acuerdo y su repercusión en el Estado español. Si se tiene en cuenta que el TTIP eliminaría o ajustaría a la baja entre el 25 y 50 % de leyes, directivas y normas en la Unión Europea, es evidente que las políticas públicas españolas se verán directamente afectadas.
La experiencia de anteriores tratados comerciales apunta a la especial amenaza que supone el sistema de resolución de conflictos entre inversores y Estados, un mecanismo que permitirá a las grandes empresas reclamar indemnizaciones ante tribunales de arbitraje si consideran que sus beneficios económicos o sus expectativas de ganancias futuras se ven afectados por leyes o políticas en un país en el que han invertido. Es decir, que si no ganan lo que quieren, pueden demandar al Estado en el que invirtieron en tribunales privados, como ya está ocurriendo en muchas partes del mundo.
El portavoz parlamentario, José Luis Centella, argumentó durante su intervención en el Pleno que “la clave está en quién dirige, quién planifica la economía”, si lo hacen “instituciones sin ningún control democrático” o si lo hacen los “parlamentos democráticamente elegidos y con control ciudadano”
Centella no aceptó las enmiendas presentadas por distintos grupos a la redacción completa del texto de la iniciativa por desvirtuar y rebajar los principales objetivos de la misma. En el caso de la hecha por el PSOE argumentó que “es una enmienda que viene simplemente a intentar guardar cierta imagen pero que, en realidad, no habla de nuestra propuesta”.
Sí aceptó el diputado de IU que los tres puntos de los que constaba la moción se votaran en dos bloques. Los dos primeros fueron rechazados con la suma de votos de socialistas y ‘populares’, además de otros grupos, mientras que el tercero no salió adelante principalmente gracias a la mayoría absoluta del PP.
Este último punto emplazaba textualmente a “constituir un grupo de trabajo en el seno de la Comisión de Asuntos Exteriores sobre el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos, la llamada Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTPI, para que en el plazo máximo de seis meses presente un informe que valore este acuerdo y su repercusión en nuestro país”.
José Luis Centella argumentó las razones que avalan la posición de su grupo, tanto en contra del tratado como en la forma en que se está negociando en la actualidad. Indicó que no se trata de “confrontar el libre comercio con proteccionismo”, cuando “la clave está en quién dirige, quién planifica la economía”, si lo hacen “instituciones sin ningún control democrático” o si lo hacen los “parlamentos democráticamente elegidos y con control ciudadano”.
Se refirió Centella también al deterioro que sufrirían las condiciones laborales en Europa, especialmente en España, ya que el tratado “rebaja la protección social y laboral”. Recordó a continuación que “Estados Unidos no tiene ratificadas seis de las ocho normas fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.
Advirtió, asimismo, del cambio en la cultura de la protección ambiental que supondría este texto, “la cambia por la desregulación que existe en los Estados Unidos al abrir definitivamente la puerta al fracking en Europa, porque lo que busca fundamentalmente es acabar con la regulación que hay en la Unión Europea”.
“Al encontrarse Estados Unidos -recordó Centella- con que su tradicional ‘patio trasero’, Mercosur, se les rebela, tiene que buscar otro y lo encuentra en una dócil Europa dispuesta a convertirse en ese ‘patio trasero’, donde los Estados Unidos puedan realmente hacer su agosto. Por ello, planteamos que hay que frenar este tratado, hay que frenar a las grandes corporaciones y hacer una economía al servicio de la gente”.
En la parte final de su intervención el portavoz parlamentario de IU advirtió de que “sería lisa y llanamente el fin de nuestra cultura, arrasada por el pensamiento único y la gran industria de la cultura de los Estados Unidos”, porque este tratado de libre comercio “como también lo fue el ALCA en América Latina, es la ley de la selva, y ya sabemos que en la ley de la selva el grande siempre se come al chico”.

LINK AL ARTÍCULO: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article67965

miércoles, 22 de abril de 2015

10 amenazas del TTIP

El acuerdo persigue establecer un gran mercado trasatlántico de más de 800 millones de personas que consagraría el dominio de las grandes corporaciones transnacionales europeas y norteamericanas.
Las consecuencias de las posibles ratificaciones de estos dos tratados -y el de TISA, acuerdo sobre servicios en fase de negociación entre algunos países de la OCDE- afectarían a amplios sectores de la población a ambos lados del Atlántico, posibilitando políticas que amenazarían:

1 - Los derechos laborales como la libertad sindical o la negociación colectiva
2 - La pervivencia de servicios públicos como la sanidad, la educación o pensiones
3 - Gestión de los residuos, transporte o saneamiento y distribución de aguas que serían privatizados
4 - La seguridad alimentaria al permitir los transgénicos en la agricultura, el ganado vacuno hormonado, el porcino y el aviar clorados
5 - Los recursos naturales, potenciando el fracking e importando productos altamente contaminantes como las arenas bituminosas
6 - La biodiversidad al apostar por la agroindustria que implica pérdidas de variedades locales y razas autóctonas y la paulatina desaparición de los paisajes rurales
7 - El principio de precaución sobre uso de sustancias químicas al dejar de controlar su seguridad antes de la obtención del permiso comercial
8 - La privacidad personal al permitir un mayor acceso y control sobre datos privados por parte de empresas proveedoras de internet y otras grandes corporaciones sectoriales
9 - El acceso a los productos farmacéuticos al reforzar las patentes frente a los genéricos
10 - La posibilidad de crear una banca pública y los mecanismos de control bancario que eviten nuevas crisis especulativas

Para leer el artículo entero en nuevatribuna.es:

lunes, 20 de abril de 2015

“LO ÚNICO QUE SE PUEDE HACER CON ESTE ACUERDO ES RETIRARLO”

SUSAN GEORGE
FUE DURANTE SIETE AÑOS VICEPRESIDENTA DE ATTAC FRANCIA
Susan George da las claves del acuerdo de libre comercio negociado entre EE UU y la UE
Luis Rico, Emma Gascó⎮Diagonal⎮30/03/15
Susan George fue durante siete años vicepresidenta de ATTAC Francia. / RED PEPPER
En marzo, Susan George, presidenta del comité de planificación del Transnational Institute de Ámsterdam, ­estuvo en Madrid para hablar de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, el acuerdo de libre comercio conocido como TTIP. Estados Unidos y la Unión Europea negocian este tratado, muy contestado por movimientos y sindicatos a ambos lados del océano Atlántico.
¿Por qué el TTIP es una amenaza y por qué es tan secreto todo lo que rodea al acuerdo?
El TTIP es una amenaza tanto para la gente de EE UU como para la gente de Europa. Es un tratado que tiene muy poco que ver con comercio y que tiene algo que ver con inversión, porque una de las cosas que quieren las corporaciones es tener tribunales privados de arbitraje donde puedan demandar a los Estados si no les gusta alguna medida que hayan aprobado. Y muy a menudo pueden obtener grandes sumas en compensación cuando el arbitraje les sea favorable. Además, las empresas quieren tener el poder de regular y desregular.
¿Por qué es secreto? Porque preferirían que la gente no debatiera sobre estos temas. Lo que es bastante normal, porque, por lo que yo he visto, en cuanto la gente se entera de lo que hay en el tratado, no les gusta en absoluto. Los europeos tienen que tener mucho, mucho cuidado con este tratado y oponerse.
En Francia, usamos la estrategia de Drácula. Agarramos al vampiro que es este tratado y lo exponemos a la luz del día y en cuanto la gente ve al horrible vampiro, y el vampiro ve la luz del día, se desintegra y se muere. Y eso es lo que queremos. Lo único que se puede hacer con este acuerdo es retirarlo.
¿Quién se beneficiará de este acuerdo?
Se puede decir que las corporaciones se beneficiarán igual a ambos lados del Atlántico. Han estado preparando este tratado durante 20 años. Esta gente se conoce muy bien, a través del Diálogo Empresarial Transa­tlántico, que, por cierto, fue instaurado por Bush, Merkel y Barroso. Ellos dicen que “somos una entidad política y nuestro objetivo es armonizar, mejor dicho, integrar las economías de Europa y Estados Unidos”. Yo no conozco muchos europeos, y tampoco muchos estadounidenses que quisieran ver sus economías integradas. Nadie votó eso. Es completamente antidemocrático, como el resto del tratado. Pero tenemos que reconocer que se conocen y que se han estado organizando. Son unas 70 empresas, las mayores de cada lado del Atlántico. Y ellas han puesto las condiciones de lo que quieren en el tratado, así que no hay conflicto entre ellas.

“Creo que la movilización social ya ha tenido efecto. Se ve que la ­Comisión tiene miedo. Están reaccionando y contraatacando”


Tampoco habría conflicto entre la gente de Europa y la gente de EE UU. Nuestro movimiento es contra los políticos, contra el Congreso, es contra el presidente Obama, si queréis, porque ellos son los que están presionando. A finales de 2013, y principios de 2014, los sindicatos estadounidenses pensaron que podrían negociar una mejora de sus condiciones, ya que los estándares laborales de Europa son más altos que en EE UU, donde no tienen derecho a negociación colectiva. Estados Unidos no ha firmado seis de los ocho convenios básicos de la Organización Internacional del Trabajo, etc. Los sindicatos pensaron “quizás podemos conseguir mejores condiciones”, pero ya lo han dado por perdido, se han dado cuenta de que esto va a ser una armonización a la baja, no al alza.
¿Han tenido efecto las movilizaciones de los movimientos sociales?
Creo que la movilización social ya ha tenido efecto. Se ve que la ­Comisión tiene miedo. Están reaccionando y contraatacando. Antes era sólo la Comisión de Comercio la que estaba tratando el acuerdo, pero ahora también han incluido a Agricultura, Sanidad, etc. Creían que esto iba a ser un visto y no visto, como mandar una carta por correo, y que lo iban a tener para finales de 2014. Pero estamos en marzo de 2015 y creo que, como mínimo, podemos posponerlo por un buen periodo más y crear más tensión. Y cuando llegue 2016 tenemos las elecciones en EE UU, y esto podría crear no poco caos también. Todos tenemos que trabajar con nuestros propios Gobiernos, y quizás tengamos entonces alguna buena noticia. Quizá intervenga Syriza, o Podemos, ¿quién sabe? Eso sería un verdadero regalo.

“La gente debe librarse del TTIP porque reemplaza parte del aparato judicial, y gran parte de la función legislativa”


Pero definitivamente, los movimientos sociales están teniendo impacto, y hay que seguir. Tenemos que seguir con la iniciativa ciudadana y lograr todas las firmas que podamos. No sólo con firmas se va a cambiar esto, pero las firmas son importantes porque lo estamos haciendo conforme a las propias normas de la Comisión. Aunque se negaron a dejarnos presentar una iniciativa ciudadana formal, tenemos una que hemos organizado nosotros con exactamente las mismas normas. Conseguimos el millón de firmas antes de que acabase octubre, ahora tenemos 1,6 millones. Hemos alcanzado las cuotas fijadas por la Unión Europea para once países y ahora nos proponemos 15 o 16 países. Está empezando a haber actividad en la Europa del Este, que es algo significativo, porque, en estas zonas, en cuanto dices algo malo de EE UU piensan que eres una especie de reliquia del Partido Comunista. Pasan muchas cosas. Recibo una cantidad de mensajes al día que apenas puedo procesar. Casi no puedo recordar lo que leí la semana pasada sobre las novedades del TTIP, porque pasan cosas todos los días.
Hace poco estuvieron en España Ignacio García Bercero, jefe negociador del TTIP en Europa, y Cecilia Malmström, comisaria de Comercio de la Comisión Europea. Ellos afirman que los estándares no se van a armonizar a la baja…
¿Estuvieron aquí? No sé ni por qué se molestan, si aquí ya tenéis a Rajoy.
¿Cómo se le explica a la gente que no va a ser así?
Las grandes empresas han dicho que se quieren deshacer de un montón de normas, esto no es ningún secreto. Hay cartas de la Federación de Agricultura estadounidense, que produce 60 tipos diferentes de productos agrícolas y lo dicen bien alto, que quieren bajar los estándares. También hablan de la “duplicidad de estándares”. Si es lo mismo entre los dos lados del Atlántico, y realmente es lo mismo, bien, no me opongo a quitar las duplicidades. Pero no siempre es igual, porque puede que lo llamen “duplicidad”, pero un análisis exhaustivo puede que diga que no, que no se trata de lo mismo.
La verdadera respuesta a tu pregunta es que tienen una filosofía completamente distinta a la nuestra, porque si yo soy una empresa y quiero distribuir algo en el mercado, la Unión Europea diría “demuéstrame que este producto no es peligroso” y yo demostraré científicamente que no es peligroso. Quien tiene que probarlo soy yo, porque yo soy quien produce ese químico, o ese producto farmacéutico o lo que sea. En EE UU, son los juzgados, la ciudadanía, las agencias regulatorias las que tienen que decidir si ese producto es peligroso o no. Para mí esta filosofía es tan diferente que estamos abocados al conflicto, y por eso tenemos que ser terriblemente cuidadosos con las regulaciones.
Otro de los argumentos a favor que expone la Comisión es que este tratado no va a beneficiar a las grandes multinacionales sino a pequeñas y medianas empresas.
Eso no es lo que creen las pequeñas y medianas empresas. Lo que dicen es que hay que tener mucho cuidado porque a) nunca van a poder usar el mecanismo de solución de controversias entre inversores y Estados, que es demasiado caro para ellas, b) van a perder probablemente negocio, porque muchas PYME son proveedoras de componentes de empresas que están en su mismo país, o justo al lado de la frontera. Empresas pequeñas que venden componentes para automóviles, para teléfonos, o similares, dicen que si la empresa a la que suministran decide marcharse a EE UU, donde las leyes laborales son más restrictivas y los salarios son más bajos, encontrarán empresas que les suministren en otro lado. No está diseñado para ellas, que proporcionan el 80% del empleo en Europa. Las PYME son en las que se debería estar invirtiendo y a las que se debería estar protegiendo.
¿Podrías comentar cómo se han estado comportando las grandes corporaciones durante la negociación?
No.
Me refiero a los lobbies…
No, no puedo comentar cómo se han estado comportando porque nadie sabe qué han hecho durante las negociaciones. Imagino que se han estado comportando de forma que cuando alguna de las partes dice “no, esto no lo podemos aceptar”, probablemente propongan estrategias alternativas, como en todas las negociaciones. Pero no sé cómo se están comportando, eso lo veremos en el futuro.
De acuerdo, cambio la pregunta, ¿cómo se está comportando la Comisión con respecto a los stakeholders (partes interesadas)? Porque la Comisión dice que quiere escuchar a todas las partes interesadas.
Eso es mentira. La Comisión no quiere escuchar a todas las partes interesadas. Según reflejaba un informe de Corporate Europe Observatory, hubo más de 120 reuniones, y el 93% de ellas fue con las empresas más grandes y sus lobbies, es decir un 7% para sindicatos, consumidores, grupos ecologistas, animalistas, profesionales de la salud…
¿Qué representa el TTIP en el actual contexto geopolítico, de pérdida de hegemonía para los países occidentales?
Es también política. Es una maniobra política por parte de EE UU y si los europeos no entienden eso es que no saben mucho sobre política exterior. EE UU está negociando el TPP por un lado, que es con Japón y otros once países asiáticos, y por el otro lado, con la UE… Y si lo consiguen se posicionan en el centro de un bloque que tiene un tercio del comercio mundial. Eso significa que después le pueden decir a China o a Rusia o a India, “o firmas lo que hay en estos acuerdos o te quedas completamente fuera”. Y puede que esa amenaza les salga bien. Incluso a un poder tan formidable como China le pueden hacer mucho daño. Hillary Clinton dijo que éste era un tratado tan estratégico como comercial. Tiene mucho que ver también con la globalización. Nuestros políticos se están asegurando de que Europa no tenga futuro ninguno. Han estado detrás de esto durante mucho tiempo.
¿Qué le dirías a la gente de España?, ¿por qué es importante impedir este tratado?
Porque este acuerdo es permanente, el tratado es irreversible, la Comisión no. Las normas que hace la Comisión, Podemos puede cambiarlas, pero probablemente le costaría muchísimo cambiar el tratado. Una nueva política en España podría hacer una auditoría de la deuda y decir esto y lo otro es ilegal, esto viene de Franco. etc Y se puede hacer como en Ecuador, decir que el 30% o 40% de la deuda es odiosa, ilegítima y no la vamos a pagar. Y te puedes enfrentar a la Comisión, puedes decir “no queremos esto”. Pero los tratados están por encima de las Constituciones, son un asunto muy serio.

“El TTIP no está diseñado para las PYME, que proporcionan el 80% del empleo en Europa”


Se nos ha vendido la idea de que el TTIP es una forma de acabar con la crisis. ¿Qué propuestas alternativas tenemos para salir de la crisis?
El TTIP es una forma de terminar con la crisis, porque si le decimos a la Comisión de una vez por todas que nos negamos a vivir en una Europa no democrática, eso sería una muy buena respuesta. Si quieres decirle a la Comisión Europea, a EE UU y al Consejo que te niegas a vivir en una “corpocracia” en vez de en una democracia, la mejor forma de hacerlo es deshacernos del tratado. Hay otras formas, claro, pero creo que sería un tremendo paso adelante. La gente debe trabajar para librarse de esto porque reemplaza gran parte del aparato judicial, y reemplaza a gran parte de la función legislativa, que establece las normas y los estándares, y crea un efecto de autocensura en el Ejecutivo porque dicen: “Si aprobamos esta ley para mejorar el medioambiente, las condiciones laborales o lo que sea, que mejorará el estado de la gente, nos van a demandar 15 empresas y no nos lo podemos permitir”. Si lo que quieres es destruir las funciones judiciales y legislativas, ésta es la forma de hacerlo. Aprueba el TTIP y te han matado.