Se está negociando un tratado de libre comercio entre Europa y Estados Unidos. Se llama TTIP y te importa porque te cambia la vida.
Hablamos con Lola Sánchez, eurodiputada de Podemos: está en contra
porque considera que quita poder a los ciudadanos y se lo da a las
grandes empresas.
¿Qué es el TTIP?
Un tratado internacional que se está
negociando en secreto y que trastoca una gran cantidad de materias.
Básicamente se trata de liberalizar los mercados todavía más,
desregulando una serie de normas que protegen al consumidor.
¿Cuál es su postura ante el TTIP?
La postura de Podemos es de oposición
rotunda y frontal. Por mucho que se modifique, no deja de ser un tratado
de libre comercio que merma la soberanía de los Estados en favor de las
grandes multinacionales y de los fondos de inversión. Es una vuelta de
tuerca al capitalismo. Estamos en contra de cualquier tipo de tratado de
libre comercio.
¿Cómo nos cambiaría la vida?
Por ejemplo en la alimentación. En el
mercado europeo entrarían productos que ahora están prohibidos. En
Europa no se puede alimentar al ganado con hormonas de crecimiento como
el clembuterol, pero en Estados Unidos sí. Quieren cambiar también el
etiquetado, así que al comprar carne no podrías saber cuál lleva
clembuterol y cuál no.
Acusan al TTIP de ser un tratado secreto, pero la Comisión asegura que está siendo transparente.
La web de la Comisión solo dice lo que se
propone en la mesa de negociaciones. Eso no tiene por qué parecerse en
nada a lo que luego realmente se negocia. Son esos documentos los que
siguen siendo secretos. Decir que eso es transparente es tener muy poca
vergüenza.
La negociación del TTIP incluye
la posibilidad de que las grandes multinacionales puedan demandar a los
estados ante unos tribunales que no estarían compuestos por jueces. ¿Nos
lo puede explicar?
Imaginemos una empresa que no ha puesto
un duro en España pero decide encargar un estudio de inversión sobre los
beneficios que podría obtener. En ese momento el Gobierno sube el
salario mínimo. Con el TTIP esta empresa, sin haber ni tan siquiera
invertido, podría pedir una indemnización al Estado porque ya no puede
ganar lo que esperaba.
Es lo que ha pasado en Alejandría
(Egipto). El Gobierno subió el salario mínimo y la empresa de recogida
de basuras del puerto les ha demandado ante un tribunal de arbitraje
similar al del TTIP. Es una barbaridad porque da más poder a una
corporación privada que a un Estado. Es una forma paralela de justicia
fuera de los canales legales y democráticos.
Otro de los aspectos polémicos
del TTIP son las restricciones a ciertos ingredientes de los cosméticos.
En Europa hay 1.328 sustancias prohibidas y en Estados Unidos solo 11.
¿Cómo crear un mercado único?
Está clarísimo que la armonización se va a
hacer a la baja. Por eso están presionando las grandes empresas. Ellas
no iban a mover esto para salir perdiendo. En cualquier caso Europa
sale perdiendo. Incluso haciendo la media de nuestra normativa y su
normativa… porque en Europa somos mucho más estrictos.
También se ha hablado de la presión de las farmacéuticas.
Las farmacéuticas también están sentadas
en esta mesa y van a ser beneficiadas por este tratado, que duplicaría
el tiempo que tienen en exclusividad una patente: pasaría de 10 a 20
años. La industria farmacéutica está dando palmas porque significa que
pueden subir el precio de los medicamentos. Será un gasto enorme: no
solo para los consumidores sino también para el Estado.
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