Los indignados toman partido
Víctima de la crisis
económica y democrática que azota al Estado español, el hartazgo de la
ciudadanía desemboca en el nacimiento de nuevas formaciones políticas
que medirán su capacidad de convocatoria en las elecciones europeas
Un reportaje de César Ortuzar
- Domingo, 27 de Abril de 2014 - Actualizado a las 06:04h
+
eS el momento
justo para aparecer, todos salen en un buen momento", alumbra Lluís
Orriols, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Girona,
sobre el florecimiento de nuevos partidos políticos como Podemos,
Movimiento Red, Partido X, Recortes Cero o Vox, formaciones dispuestas a
dejar huella en el Parlamento Europeo. También asoma el Pacma, Partido
Animalista contra el Maltrato Animal, que centra su discurso en los
derechos de los animales. La crisis económica, sostienen los analistas,
es la gran inspiradora de los denominados "partidos protesta", pero no
solo los desvelos económicos producidos por los recortes y las políticas
de austeridad invocadas desde la troika empujan la creación de estas
agrupaciones políticas. "También existe el componente del hartazgo de la
ciudadanía, la desafección hacia los partidos políticos tradicionales
representados en las instituciones que no han sido capaces de dar con
soluciones contra la crisis porque han estado supeditados a organismos
supranacionales", argumenta el docente. "Se ha activado el voto protesta
o, al menos, se ha vertebrado en diferentes partidos", indice Iker
Merodio, experto en comunicación política. Los indignados han tomado
partido.
Las reclamaciones de muchos ciudadanos, aglutinadas durante
años en manifestaciones, concentraciones y protestas de diversa índole
que compartían el descontento general frente a los recortes de todo
tipo, han saltado a la arena política. Podemos, Partido X, Recortes
Cero, Vox y Movimiento Red han obtenido los 15.000 avales necesarios
para poder presentarse a los comicios. Reclutadas las firmas, es el
momento de la articulación de unos discursos "puros y limpios" por parte
de estas jóvenes candidaturas. "Aunque diferentes unos de otros, en el
fondo, estos partidos comparten un mismo fenómeno. Se trata de partidos
protesta que se centran en los temores y angustias que padece la
ciudadanía", expone Orriols. "Fundamentalmente hablan de grandes ideas,
de cambiarlo todo, con proclamas fáciles que luego en la práctica son
muy difíciles de concretar", advierte Merodio al respecto de unas
formaciones que han aprovechado las rendijas del sistema, abierto en
canal desde diversos frentes, para hacer cuña. "Mientras la agenda la
siga marcando la grave situación económica, la crisis de deuda, la
corrupción o la desafección hacia los partidos tradicionales, estas
formaciones pueden tener recorrido", detecta Lluís Orriols, si bien
reconoce que es complicado aventurarse sobre la incidencia y recorrido
que estas formaciones puedan conquistar en las urnas europeas. "No es
fácil hacer un cálculo", apunta.
voto de castigo Recuerda
Lluís Orriols que el partido de Ruiz Mateos logró representación
parlamentaria en el hemiciclo europeo. "Eran otros tiempos pero, en
principio, los comicios europeos son los más proclives para la
aceptación de esta clase de partidos. Por un lado, al tratarse de una
única circunscripción, resulta más sencillo obtener representación con
menos cantidad de votos, y por otro lado Europa suele recoger un voto
más expresivo, más sincero. Es a través de este tipo de partidos por los
que se canaliza esta clase de voto, un voto que de algún modo sirve
para protestar contra el gobierno actual". Las elecciones a Europa son
un tótum revolútum del que no resulta fácil separar el grano de
la paja según Iker Merodio. "Habrá que ver hasta dónde llegan esta clase
de formaciones, si el voto de castigo hacia los partidos de gobierno se
traduce en una alta abstención o hasta qué punto suman los votos en
blanco y cómo interpretarlos. Los resultados darán luz y se verá hasta
qué punto llega el fenómeno".
En las nuevas formaciones se muestran optimistas, las hay
incluso que lucen músculo, como Podemos. "Hemos conseguido hacer las
primarias abiertas on line para unas elecciones al Parlamento
Europeo más participativas de la historia", se felicitan en la formación
de Pablo Iglesias, vencedor de unas primarias en las que se han
contabilizado más 33.000 votos. El profesor de Ciencias Políticas de la
Universidad Complutense de Madrid, que logró más de 20.000 adhesiones,
expuso en la presentación de su partido que "dijeron en las plazas que
sí se puede y nosotros decimos hoy que podemos". En el mismo acto,
Iglesias apuntó que el objetivo de esta nueva iniciativa es "convertir
la indignación ciudadana en cambio político a través de la decencia, la
democracia y los derechos humanos". El dirigente cree que más de uno se
puede llevar una sorpresa en las elecciones europeas y descarta que su
formación haya nacido con la vocación de ponerse límites. Ese mismo tono
triunfalista se desprende del tweet que lanzó Elpidio José Silva, juez
en excedencia, célebre por el caso Blesa y líder de Red. Silva
pretende recaudar dinero para su causa con novedosos métodos como la
venta de autógrafos a 20 euros, una cena con él a 300, o la visita a la
Eurocámara, si consigue su propósito, a 500. Desde su activísima cuenta
de Twitter, el líder de Red lanzó: "el cambio de ciclo político es
inminente e irreversible". Hablaba sobre el 25 de mayo, cita con las
urnas. A ellas también acude Recortes Cero tras recabar 49.000 firmas y
bajo una idea fuerza: "redistribución de la riqueza, ampliación de la
democracia y defensa de la soberanía nacional".
¿cambio real? Todavía
resulta prematuro conceder a las nuevas formaciones la capacidad de un
cambio real de las políticas o de las reglas de la democracia, porque
"una cosa son los discursos y otra bien distinta la realidad del día a
día y los problemas a los que se debe hacer frente en política", indica
Iker Merodio, que reconoce que las ideas que propugnan Podemos, Red, el
Partido X o Recortes Cero tienen buena venta. "Nadie se niega a esas
grandes ideas del tipo: libertad, las causa justas, en contra de los
recortes, etc. pero luego la política resulta muy compleja". Lluís
Orriols estima, a su vez, que los partidos tradicionales no han sabido
detectar las dolencias que corroen el sistema y no han actuado con
diligencia, "la herida sigue estando abierta" y de ahí el desafecto de
la sociedad hacia las formaciones de siempre.
"Los actores tradicionales no han sabido canalizar el
descontento de los ciudadanos. Uno de los pilares del sistema padece
aluminosis. Está por ver si el edificio cae o no", observa Orriols. Esta
clase de partidos se muestra como alternativa de cambio y enfatizan
distanciamiento respecto a las formaciones clásicas. "Retan a los
actores tradicionales y destacan sus diferencias con ellos. Lanzan la
idea de que no se doblegarán como han hecho los partidos de gobierno
ante instituciones u organismos supranacionales". Si bien la
recopilación de avales ha sido exitosa, nadie se atreve a predecir cuál
es el verdadero potencial de Podemos, Red, el Partido X, Recortes Cero o
Vox, formaciones que se propagan con celeridad a través de internet,
las redes sociales y la televisión. "Una cosa son los avales, los
seguidores en Twitter o los me gusta en Facebook, y otra bien
distinta los votos", describe Iker Merodio, experto en comunicación
política. Obtener la papeleta es el gran reto para estas formaciones.
"Las redes sociales no dan tantos votos como se piensa y tienen un punto
endogámico, sobre todo en Twitter donde hay mucho convencido", percibe
Lluís Orriols. Se trata de saber si existe más espuma que cerveza, de
conocer el verdadero impacto de estas iniciativas.
líderes mediáticos Por
el momento, el despegue está siendo sonoro. Podemos se sintetiza en
Pablo Iglesias, un profesor universitario con gran presencia en
numerosos debates televisivos. "El prime-time en un canal generalista
sirve para llegar a diferentes capas de la sociedad. Es un gran
escaparate y saben de su potencial", analiza Orriols. Elpidio Silva,
líder de Red, también es un asiduo de los platós. La notoriedad en la
vida pública se la otorgó el gran eco mediático que se produjo por el caso Blesa.
El juez envió en dos ocasiones al banquero a la cárcel. A partir de
ahí, los acontecimientos se precipitaron y el juez ha decidido retirarse
de la carrera judicial y alistarse a la política encabezando Red, que
prioriza la lucha contra la corrupción.
En similares parámetros se mueve el Partido X de Hervé
Falciani, un informático que trabajaba en el banco HSBC de Suiza, y que
adquirió fama por revelar a las autoridades más de 130.000 cuentas
bancarias que eludían el pago de impuestos. "Ser famosos, de una u otra
manera, otorga visibilidad y es una veta a explotar", dice Merodio.
Lograda la visibilidad, ¿dónde se sitúan las nuevas
formaciones? Podemos, Red, Recortes Cero y el Partido X se activan desde
la izquierda. "Desde mi punto de vista estos partidos tienen recorrido
entre los jóvenes y en la izquierda desafectada. Ese sería el principal
caladero de estas formaciones", enmarca Orriols. La izquierda, con
tantas cabeceras, sostienen los analistas, quedaría así atomizada. El
voto de izquierda tiende a dispersarse "entre matices". Nada que ver con
Vox, una formación que guarda semejanzas con el nacimiento de UPyD.
"Vox viene a representar al PP lo que UPyD al PSOE. En principio, Vox es
en un partido enfocado a un solo tema. En sus inicios UPyD también lo
fue", dibuja Orriols. El monocultivo, añade el politólogo, suele ser una
seña de identidad de las formaciones protesta, al menos en su
despertar. "Los partidos que enfocan su discurso en un tema tienden a
caer cuando ese problema se soluciona o pierde vigencia", analiza. Con
las consecuencias de la crisis económica todavía tan enraizadas en la
sociedad, los indignados toman partido.